jueves, 27 de septiembre de 2012

Título orgánico

Hace algunos años a principios de los noventa hubo una reunión de altos ejecutivos en una sala de juntas en el piso veinte de un edificio con amplios ventanales, con café y galletitas que nadie tomaba por falso pudor. La meta era clara: necesitaban incrementar sus ventas. ¿Cómo? No estaban seguros, hasta ahora sólo habían identificado que la gente es muy insegura y llevaban años explotándolo, pero ¿cómo darle un nuevo giro? Uno de ellos sugirió aprovechar lo mucho que a la gente le acompleja la obesidad. Una idea se fue concatenando con la siguiente y concluyeron que necesitaban comercializar productos que ofrecieran quitarle lo marrano a los clientes. Los llamaron productos light.

Evidentemente el proyecto fue un éxito rotundo, pero con los años las gordas empezaron a descubrir que la coca light no anulaba los efectos engordativos de sus tortas de cochinita y que los yogurts light no las hacían caber en sus vestidos de graduación. Así que ante esta gradual desconfianza de los consumidores, los ejecutivos se vieron en la necesidad de implementar una nueva estrategia.

Analizaron minuciosamente qué estaba de moda y no tardaron en concluir que la tendencia del momento es eso de la onda hipster. Y ese fue el nacimiento de los productos orgánicos: productos “no comerciales”, “underground” y compatibles con las ideas izquierdosas y con ser gay. Ahora bien, hay gente muy mongola que nada más no termina de entender la diferencia entre lo light y lo orgánico, piensan que lo light cambió de nombre a orgánico en esta década. Pero para conocer más sobre los tipos de compradores orgánicos, siga, oh amable lector, con la lectura de este texto.

Los faroles: no tienen mucha idea de cómo funciona lo orgánico, y tampoco es que les interese mucho. Consumen los productos para ser aceptados socialmente. Con medio aprenderse los nombres de los productos ya se dan por bien servidos. Buscan lo más sofisticado, raro y caro por el indudable símbolo de status que esto conlleva. Suelen llegar a comprar en Hummers, Lincolns y similares, muy en congruencia con los productos que cuidan el planeta que consumen. No es raro oír que le pongan el apellido de “ORGÁNICO” a absolutamente todo.



Forevers: están metidos en ondas budistas, New age, homeopáticas, yoga, sayayín, etc. Son chidos, transmiten paz y buena vibra con todo el mundo. Suelen estar perfectamente conscientes de todos y cada uno de los beneficios y propiedades que cada producto aportará a su organismo. Sospecho que eso los hace un poco como placebos, pero en fin. En muchas ocasiones son italianos, canadienses, argentinos y ese tipo de extranjeros que uno se toparía como parte del escenario en Holbox o Tulum.

Los obligados: muchos productos orgánicos utilizan entre sus ingredientes sustitutos de sustancias que llevan los productos convencionales y que causan reacciones alérgicas en varios consumidores. Por ello a esta gente no le queda de otra más que acercarse al raro, oscuro y moralmente dudoso mundo de lo orgánico. Es cotidiano que se acerquen a comprar con cierto temor en el rostro y/o con cara de FO, no vaya a ser que alguien los vea comprando.

Heavys: ni se te ocurra ofrecerles algo que haya tenido sombra porque se podrían dar ofendida de la vida. Su campo alimenticio se limita a semillas y granos. Quién sabe cómo pero de ahí sacan bebidas, plastas parecidas a la carne, bueno, hasta postres. Hay quienes ni si quiera ponen su comida en contacto con el fuego o el calor.

Epílogo

Obviamente hay muchos grados cromáticos entre las caricaturizaciones que acabo de retratar. Pero lo triste es la gente que no entiende de fondo la esencia de lo orgánico y piensa que es un apellido nada más para los productos y bueno, se encabronan si no está disponible lo que quieren… HOLA, es orgánico, cuesta un puto trabajo conseguirlo porque se tienen veinte mil cuidados para cuidar el planeta que tú chingas cada vez que arrancas tu camionetota para venir a comprar. Como comprador de productos orgánicos es indispensable tener eso en cuenta. También hay gente que piensa que lo orgánico son productos milagro para que se les quite lo feo, lo pendejo, lo machocaón, lo gordo, etc. ERROR: Son productos que no contaminan el ambiente en su etapa de producción, y que al no contener sustancias tóxicas, no dañan tanto al organismo. Eso es todo, supérenlo.

1 comentario:

  1. Y.... lo orgánico no necesariamente es "sustentable" (otra moda de la que podrías escribir) Por ejemplo, aquí en Tapachula hay una alta producción de café, desde el pequeño productor que tienes su pedacito de tierra y procesa los granos de café de forma artesanal y vende su café a los coyotes (y que después llega a alguno de los consumidores que describiste). Después están los grandes productores de café que son dueños de media montaña y que en los últimos años le entraron a la producción orgánica, vas a dichas fincas y te topas que emplean cada año cientos de gente de Guatemala (hombres, mujeres y muuuuuch@s niñ@s) bajo condiciones laborales dignas del México Bárbaro que describe John Kenneth Turner pero eso si tanto un café como el otro después son vendidos como orgánicos y amigables con el ambiente y no se cuanta cosa más. Conclusión: capitalismo verde y reflexión: se trata, en mi opinión de ser consumidores al menos conscientes.

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