lunes, 25 de enero de 2010

carnevil

Hoy a propósito de la temporada hablaré del carnaval. Okay, es una fiesta muy divertida… yupi, niños de 14 años y nacos de 30 ebrios por las calles, totally wow. Pero, ¿por qué lo siguen haciendo en paseomontejo? No sé si se han fijado, pero cada año quedan expuestos a ser desbaratados muchos elementos de la avenida como las banquetas, las plantas de ornato, los árboles, las lámparas, etc., además de los monumentos históricos (el de la bandera, Justo Sierra, Carrillo Puerto) y las casonas. De hecho las plantas de los camellones literalmente mueren, después del carnaval las tienen que reemplazar. Además, todas las calles quedan desbordando ríos de basura producto de la generación espontánea, porque obvio nadie la tiró, y al igual que este tipo de contaminación, está el mega escándalo que… con decirles que yo perfectamente lo oigo desde mi casa. Y pues bien, nada de esto me parece ni remotamente simpático.

Creo que ya se ha propuesto trasladar el desfile a otro punto de la ciudad, lo cual sería maravilloso. Que lo hagan en un cacho del periférico, o en una de las avenidas del poniente (¿así se llama el punto cardinal yucateco equivalente al oeste?) porque no puede ser que le sigan dando en la madre a la parte más bonita (y que más importa que sea bonita) de la ciudad año, tras año. En resumen, opino que sí al carnaval, no en Montejo. Por cierto, este año me dio gusto que los reyes sean personas de Mérida, y no Fabiruchis ni alguien así pedorro que traen de quién sabe dónde y que ni al caso con la ciudad.




domingo, 10 de enero de 2010

Fo caom

Llámenme fanático político/religioso, bob, o como se les antoje, pero siento que debo expresar lo siguiente. Oh sí, elecciones políticas de nuevo, “qué puta hueva, no tiene nada que ver conmigo, todos los políticos son iguales” Para empezar no es cierto que todos son iguales, ni si quiera a sí mismos (miren a la Ivonne Ortega de ahora y a la de hace cinco años), y el objetivo de este texto es difundir la idea de que Angélica Araujo es una pendeja (lo cual no necesariamente hace pendejos a quienes la apoyan, al contrario, son puros vividores que lo que tienen de listos lo tienen de oportunistas). De casualidad alguien se fijó cómo durante el sexenio pasado realizaron muchas obras de las cuales nos beneficiamos a la fecha como la modernizaron el periférico y la carretera a Progreso y las vías terrestres en general? ¿alguien recuerda haber oído de decapitados antes de conocer a Ivonne Ortega? ¿No les parece mucha coincidencia? Bueno, pues no lo es.

Cuando Ivonne Aracelly Ortega y su “nueva mayoría ciudadana” llegaron al poder, en realidad regresaron todos los caciques de antaño que han gobernado el estado por generaciones, y para los cuales “gobernar” no consiste en administrar los bienes y los recursos públicos, sino en enriquecerse con los anteriores. Para esto se valen del arma política más antigua del mundo: el populismo. En lugar de darte trabajo te traen a Yuridia a que te dé de besitos para que se te olvide tu miseria, o bien te regalan tortas, refrescos, pomos en tequila, concesiones o con lo que caigas según tu nivel económico. Y así se cumplen muchos objetivos: tienes al pueblo contento (con el clásico pan y circo) y tu imagen pública es similar a la de la madre Teresa. Pero okay, ¿y las obras? ¿y los recursos? Pues duuuh se van a las multimillonarias campañas cuyo objetivo es alcanzar la perpetuación en el poder.

Un alcalde, o alcaldesa, debe ser un gestor y un administrador de los recursos y proyectos de un municipio (como uno que yo conozco llamado Mérida). Para eso se tiene que estudiar y tener una carrera con experiencia palpable, además de iniciativa. Eso es lo que importa, no si eres alto y mamey o curvilínea y voluptuosa, o hijo de perengano, o alguien muy simpático que cuenta chistes. Ya si alguien capaz tiene esos atributos qué bueno, pero si no da exactamente lo mismo. Así que tomando esta premisa, alguien podría por favor informarme qué clase de capacidad para gobernar tiene Angélica Araujo.

¿alguien… nadie? Eso me imaginé. Ella no es más que un títere descerebrado de la gente de Ivonne Ortega (que ella ni es la mastermind, brincos diera) cuyo objetivo es jalarse a su molinito todos los recursos que gestiona la alcaldía de Mérida. Y como ya tienen todos los dinerosss de la gobernatura estatal hasta pueden darse el lujo de sacar campañas preciosas y de hacer propagandas telefónicas disfrazadas de encuestas.

¿Ya vieron lo de la tenencia… lo de las credenciales de los estudiantes, o bueno, alguien se ha subido a un camión? A poco no está del nabo, y son cosas que nos afectan diariamente, no son cosas ajenas o “de adultos”… duuuude YA somos adultos. Está en nosotros definir a qué clase de gente queremos para servirNOS. Y sinceramente Angélica Araujo ni la hizo de diputada, ni la hace de perrita faldera de Ivonne ni de nada. Ya alto con la indiferencia. No permitamos que un grupo de ambiciosos y corruptos que se disfrazan de “sensibles y cercanos a la gente” (puta, ¿de qué sirven que lloren por todo?) vengan a desgraciar la maravillosa ciudad que hemos construido todos durante estas últimas décadas.


Pink ain't your color sweetheart ¬¬