miércoles, 15 de julio de 2009

Osa mentirosa mentir osa

El otro día en alguno de mis frecuentes ratos de divagación mental, me vino a la mente una cita de Cosmo. Era de un capítulo que vi hace como dos años y que ni recordaba bien. Al rato prendo la tele, y oh sorpresa, pasan justo ese capítulo. No sé si antes o después de eso, me acordé del nombre de una señora a quien le bañábamos sus perritos. Así, llegó su nombre a mi mente de la nada. Al poco rato prendí la tele y que aparece. Raro, ¿eh? Ahora me pregunto si el cadáver desmembrado que encontré en la playa entre sueños recientemente tendrá algún significado.




jueves, 9 de julio de 2009

Crema innata

No sé quién haya acuñado el término "chocoaventura" pero hizo una grandiosa contribución al lenguaje coloquial. Bien por él jajaja

viernes, 3 de julio de 2009

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10 Huracanes
Dentro del amplio catálogo de desastres naturales que azotan continuamente al planeta, los huracanes del Atlántico son los que golpean nuestra amada península. Si usted nunca ha vivido un huracán, debería de darle vergüenza. Ah, pero como usted viene de fuera sólo le dan miedo. No se preocupe, ningún desastre es tan grave como lo anuncian los noticieros. Si le toca experimentar uno de estos fenómenos meteorológicos, descubrirá que al final son divertidos y educativos. Y con el fin de tener una buena experiencia, es bueno tomar en cuenta esto:

• De cinco amenazas, dos son reales, y una es seria. Tome como premisa esto para lo siguiente.

• NO haga compras de pánico. Limítese a hacer compras como para quince días normales. Ya sea que el huracán venga o no, ¿qué pretende hacer con tres botes de cinco kilos de mayonesa?

• Proteja sus ventanas. La gente nice puede comprar súper persianas protectoras que se cierran a control remoto, si no es su caso, puede asegurarlas con madera. Y si no se puede, ya de perdis póngales cinta, pero POR FAVOR, retírelas cuando sea oportuno (hay gente que deja la cinta puesta para siempre). Es importante que durante la tormenta, se mantenga tan lejos de los vidrios como le sea posible. Aunque sean los ventanales minimalistas más hermosos y modernos del mundo, es muy probable que se rompan y no querrá estar ahí en ese momento.

• Compre veladoras para cuando se vaya la luz. En teoría las linternas son más seguras porque no se incendian, claro que necesitan muchas pilas, y con lo que compra una pila compra cinco veladoras, además tal vez prefiera utilizar las pilas para alguna radio portátil.

• Llene el tanque de gasolina de sus coches, pero no lo deje para último momento… ya se imaginará por qué. Si de casualidad no le fuera posible, no le hará mucha falta: todo estará cerrado y habrán árboles y lagunas obstruyendo las calles impidiéndole llegar muy lejos.

• El agua se va a meter a su casa. Es importante impedirlo en la medida de lo posible y evitar que dañe sus pertenencias, pero de que se va a meter, se va a meter. Tampoco crea que es el fin del mundo, y es que debido al tipo de suelo –único en el mundo- es imposible que esta ciudad de inunde. Aunque bueno, no está exenta de encharcarse ampliamente.

• No es mala idea darle una buena podada a sus árboles. Esto debe hacerse periódicamente de cualquier modo y así estará reduciendo la potencial amenaza de que las ramas o frutos se conviertan en veloces proyectiles. Además entre menos resistencia oponga el árbol, menos probabilidades tiene de ser derribado. Tome en cuenta también que los árboles nativos de la región son más resistentes a los vientos.

• Abra el portón de su garage durante la tormenta. Así estará menos vulnerable a las ráfagas de viento.

• Mantenga la calma en todo momento y no se deje llevar por la psicosis colectiva. Esta última es reflejo de la ignorancia y de la manera de reaccionar tan primaria de las personas poco civilizadas. Es lo mismo que cualquier tormenta, sólo que más fuerte y con la gran ventaja de que se puede preparar desde días antes. Será muy divertido, aprenderá a vivir sin energía eléctrica por una corta temporada, conocerá a sus vecinos y valorará más lo que posee. Además no sería ni el primer huracán ni el último.