viernes, 26 de marzo de 2010

Vacatio legis

Hola gente. Vacaciones al fin, ¿no? Bueno no para mí. Pero si ustedes van a la playa tengo un pequeño mensaje cursi para compartirles: la costa yucateca es el hábitat de muchas especies de plantas y animales. Imagínense que hace cien años (cuando todavía existía Porfirio Díaz) nació una tortuguita en Uaymitún y se fue al mar lalala. Y durante los meses recientes regresó y ¡sorpresa! hay casas y departamentos y no sé qué, pero bueno, no le importa y desova. Pero cuando sus tortuguitas tienen a bien salir del cascarón y escarbar hasta la superficie de la arena PLUK las apachurra una cuatrimoto, o un caballo.

A lo que voy es que las cuatrimotos y los paseos a caballo son padrísimos, entiendo que la gente se siente realizada cuando los hace, pero todo tiene un tiempo y una forma, y la costa NO es lugar para este tipo de actividades. Ya si no les importan las tortuguitas en peligro de extinción, pues bueno, hay niños pequeños que también se exponen a estos riesgos.

Y ya si lo quiere ver por la cuestión ecológica, la duna costera y el manglar son dos ecosistemas importantísimos que, entre otras cosas, nos protegen de las marejadas y regulan el flujo de agua dulce gracias al cual tienes agua para jalarle al escusado cada vez que haces popó. Y para funcionar necesitan de todas las especies que lo conforman.



Hace un par de siglos nuestras costas eran habitadas por la foca monje caribeña, hasta que la acción del ser humano la encaminó a la extinción, lo cual es testimonio de que las especies cercanas a nosotros SÍ se extinguen.



En fin, la idea es crear conciencia. El mundo se nos está acabando, etcétera etcétera y nosotros de hecho somos capaces de hacer una diferencia. Es cuestión de voluntad y compromiso.

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